Amanece en un paraje cerca del mar donde las aguas cristalinas
dejar ver el precioso fondo del arenal, en el horizonte no tan lejano unos barquitos, yates diría yo, ya que de pesca no son, deben ser de disfrute en mar adentro donde la tranquilidad reina y la intimidad se debe de gozar, propietario de un espacio con solo el ancla echar.
Eso es otra manera de disfrutar, mi suerte no es esa es la de poder estar allí para verlo y en esas aguas, tocando con los pies esa arena blanca y poderme bañar, un día con suerte porque si además te hace compañía quien te quiere, en la mente toda tranquilidad y bienestar.
El sol hace de las suyas, las cremas a contrarrestar, aun así puede que el moreno sea demasiado fuerte y te puedes quemar, no importa entre baño y baño a disfrutar con una buena merienda el tiempo transcurrirá, la compañía hará grato ese momento del día y nada más.
El atardecer llegará abra que recoger y dejar el lugar, el recuerdo te llevarás para en otros momentos recordar, añadirás cosa que solo han sucedido en el pensar, que con palabras no dijiste pero se vio en el mirar, querrás repetirlo incluso lo soñaras, te veras de nuevo en compañía cuando de nuevo sola en ese lugar puedas estar, a eso le llamaras un día de suerte y nada más.
Yo he tenido esa suerte y hoy lo puedo contar tuve una playa agua y compañía especial un día de suerte como tantos tengo que celebrar.